jueves, 29 de noviembre de 2007

La brecha de género en la educación

En 1990 en Jomtien, Tailandia, los líderes del mundo acordaron que “la prioridad más urgente [era] garantizar el acceso y mejorar la calidad de la educación para niñas y mujeres y suprimir todo obstáculo que impida su participación activa”. Se trataba de la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos. Se fijaron plazos: el acceso universal a la educación primaria debería alcanzarse antes del año 2000. El año 2000 llegó y esta “prioridad urgente” no fue trasladada a los hechos. En el Foro Mundial sobre Educación, que tuvo lugar ese año en Dakar, se establecieron nuevos plazos: la educación primaria debería ser obligatoria y universal antes de 2015. Con respecto a las desigualdades de género en la educación primaria y secundaria, deberían ser eliminadas antes de 2005. En la Cumbre del Milenio de Naciones Unidas, los jefes de estado del mundo adoptaron estas metas como dos de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio. La Campaña Global por la Educación, una coalición internacional de ONG y sindicatos relacionados a la enseñanza, sostiene que “debido a que la educación es tan crucial para mejorar la salud y aumentar los ingresos, el objetivo relacionado con la educación de las niñas tiene un efecto dominó en el resto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El fracaso a la hora de cumplirlo implicaría el fracaso en los otros objetivos”. Varios expertos sostienen que no existe ninguna posibilidad de alcanzar la equidad de género en la educación primaria antes de 2005. Algunas organizaciones de la sociedad civil, sin embargo, están trabajando para demostrar lo contrario. La Campaña Global por la Ecuación sostiene que si los gobiernos y las agencias de cooperación cumplen con los compromisos asumidos este objetivo puede lograrse. Y para ello están llevando a cabo una campaña internacional. La pobreza es uno de los principales factores que violan el derecho de las mujeres y las niñas a la educación. Los costos de matrícula y otros gastos relativos al transporte, la vestimenta y los materiales de estudio profundizan la brecha de género existente. Muchas veces las familias no pueden hacerse cargo de la educación de todos sus miembros y a la hora de elegir son las niñas las que se quedan en sus casas, ayudando con las tareas domésticas. El acoso y la violencia sexual a la que están expuestas, tanto de camino a la escuela como dentro de ella, también impiden su pleno acceso este legítimo derecho. El matrimonio precoz y el embarazo adolescente terminan de expulsarlas de la escuela. Si las niñas son tan afortunadas como para llegar a las aulas (y sobre todo si logran mantenerse en ellas), los maestros y profesores, sean hombres o mujeres, refuerzan los estereotipos de género a través de innumerables prácticas cotidianas. ¿Cuál es el arma con la que se deben combatir estos problemas? Más educación. Es necesario, de acuerdo a la Campaña Global por la Educación, romper este círculo vicioso con un paquete integral de medidas que estén apoyadas por políticas claras y concretas.

2 comentarios:

. dijo...

Hola Patricia:
Muy interesante lo leído en tu blog, además de completísimo! Mucho para leer , mucho para reflexionar y aprender.

Felicitaciones
Mariana Affronti

PatriciaCe dijo...

Graciasa Mariana.Eres muy amable y generosa.
Patricia