miércoles, 21 de mayo de 2008

Para disfrutar

Un día, el papa Julio II miraba a Miguel Ángel, uno de los más grandes escultores de todos los tiempos, atormentándose por tallar rápidamente un bloque del mármol.

Él le preguntó: "Pero, ¿porqué esculpe tan fuertemente?"

Miguel Ángel le contestó: "¿Acaso no ve que hay un ángel cautivo en ese trozo de mármol? Lo que hago es tratar de liberarlo".